Momento Espírita
Curitiba, 28 de Março de 2024
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ícone Amanecer de un nuevo siglo

Imagina nuestro planeta flotando en el silencio del espacio… En torno a él, una paloma blanca vuela, siempre rodeándolo.

Cada cien años, el ala de la paloma toca delicadamente la superficie de la Tierra. El tiempo que tardaría el ala emplumada para desgastar este planeta hasta la nada es la eternidad.

A través de la eternidad, el tiempo pasa.

Con el tiempo, los cambios ocurren. Pronto, el ala de la paloma blanca tocará nuestro mundo otra vez.

El amanecer de un nuevo siglo. El tiempo de un nuevo comienzo…

Ahora es la eternidad. El comienzo de un nuevo siglo. Mil años de alegrías y tristezas dejamos atrás.

El amor es nuestro destino. Celebremos el comienzo de un nuevo siglo. Dejemos que las voces reciten y canten. Ahora es el momento.

Ahora es la eternidad.

*      *      *

Estos son los versos de la música de Secret Garden, Dawn of a New Century, o sea, Amanecer de un nuevo siglo. Y nos llevan a pensar en la época en que nos encontramos.

Un nuevo milenio que acaba de iniciarse, un siglo recién despierto. Entretanto, ya avanzamos más de una década en este período.

 ¿Y qué hemos hecho para ayudar a la implantación de la Nueva Era de este nuevo milenio?

Nos dicen los Espíritus que ésta será la era del arte y de la tecnología. La tecnología casi nos aturde con tantas ofertas espectaculares de instrumentos que nos permiten ver, oír, casi tocar el mundo, en tiempo real.

Y hemos visto el arte ofrecer sus deliciosos frutos.

En la literatura, observamos que aparecen obras que hablan de lo bello y de lo bueno que proliferan en todo el mundo. Y varias editoras se han dedicado a reeditar antiguas publicaciones, presentándolas a la Humanidad de hoy, resucitando conceptos valiosos del bien vivir.

El cine se ha esmerado en representar los hechos de los grandes héroes que alteraron el curso de la Historia.

Y la animación, la fotografía, las bandas sonoras, las excelentes performances de actores y actrices han atraído a las salas de proyección siempre un mayor número de adeptos a este arte.

La música, mientras tanto, parece haber invadido todos los cuadrantes de la Tierra. Y música de calidad, en tantas y variadas expresiones culturales.

La música instrumental, que eleva el Espíritu. O con letra asociada, con versos que nos llevan a reflexionar, a pensar o simplemente a extasiarnos con su poesía.

Sí, los que se dedican a las artes están realizando su contribución para la ascensión del Espíritu a las esferas superiores.

Y nosotros, ¿qué hemos hecho?

¿Nos permitimos absorber lo bueno, lo bello y lo extravasamos en nuestro día a día?

¿Nos hemos esmerado en cultivar la gentileza, la delicadeza como la expresión de nosotros mismos, burilados por el cincel de las cosas positivas?

Pensemos: somos los artífices del Tercer Milenio en que vivimos, los escultores de la Nueva Era, del nuevo siglo.

Promovamos el bien donde estemos. Hablemos de las cosas buenas. Perfumemos el ambiente donde estemos con el aroma delicado e inconfundible de la alegría que contagia.

Alegría que expresa gratitud por la vida. Cultivemos la amistad, la compasión, el buen ánimo.

Contribuyamos con el nuevo siglo de forma de acelerar la implantación de la era de la felicidad, del bienestar, antes que se termine el milenio presente, antes que finalicen los años de este siglo.

Pensemos en eso.

Redacción del Momento Espírita.
En 28.8.2017.

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