Momento Espírita
Curitiba, 26 de Abril de 2024
busca   
no título  |  no texto   
ícone El otro lado del camino

La muerte no es nada.

Sólo he pasado para el otro lado del camino. Yo soy yo, vosotros sois vosotros.

Lo que fui para vosotros, seguiré siendo. Dadme el nombre que siempre me habéis dado, hablad conmigo como siempre lo habéis hecho.

Vosotros seguís viviendo en el mundo de las criaturas, yo estoy viviendo en el mundo del Creador.

No uséis un tono solemne o triste, continuad riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreíd, pensad en mí. Rezad por mí.

Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin ningún énfasis, sin ningún rastro de sombra o tristeza.

La vida significa todo lo que siempre ha significado, el hilo no ha sido cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de vuestros pensamientos, ahora que estoy apenas fuera de vuestras vidas?

No estoy lejos, sólo estoy al otro lado del camino...

Tú que ahí te quedaste, sigue adelante. La vida sigue siendo hermosa y bella como siempre lo ha sido.

                                                                        *   *   *

Ojalá pudiéramos todos despedirnos de otra jornada en el mundo físico, con la cabeza en alto, sin remordimientos, sin miedo y aun dejando un rastro de esperanza para los que permanecen.

Ojalá tuviéramos todos esa idea clara que no estaremos lejos, sólo al otro lado del camino.

Ojalá pudiéramos mantener el vínculo con quien se fue, no el vínculo que conserva, que retiene, sino el que sostiene la conexión del corazón, que hace que quien se fue primero se sienta tranquilo, sin preocuparse por los que se quedaron.

Ojalá entendiéramos que cada uno tiene su propio camino y por grande que sea nuestro amor, el otro no fue hecho para vivir para siempre atado a nosotros.

El amor no encadena, por el contrario, libera, da alas, brinda oportunidades, desea y trabaja por el bien del otro.

Y cuando el tiempo del otro termine aquí en la Tierra, nuestra alma debería inundarse de felicidad.

Eso no nos impide sentir la ausencia, tardar en acostumbrarnos a vivir más lejos de quien, ciertamente, compartió toda una encarnación con nosotros.

Eso no nos impide sufrir. El sufrimiento es parte de la vida, del crecimiento del Espíritu y de su proceso de concientización moral.

Sigamos en frente de todos modos. Nuestro tiempo vendrá. Y lo más increíble de todo eso, es que nunca sabemos cuándo. Por eso es importante estar siempre preparado, dejando la casa del alma en orden, organizada, nada fuera de lugar, nada pendiente que hacer o resolver en el supuesto mañana.

Pronto estaremos del otro lado y seguiremos caminando, porque el camino es largo, continuo y lleno de logros, en ambos lados.

Cuanto más lejos estemos, más fuertes y dispuestos estaremos. Cada paso dado nos hace más completos, más felices.

Los que están al otro lado del camino siguen nuestro andar con afecto y, a veces, programándose para regresar, porque el ir y venir es la ley universal.

Un día todavía nos preguntaremos: ¿cuál es el verdadero otro lado del camino?

 Redacción del Momento Espírita, basado en un extracto del
sermón
Muerte del Rey de los Terrores, de Henry Scott Holland,
pronunciado durante el funeral del Rey Eduardo VII.
El 17.9.2020.

© Copyright - Momento Espírita - 2024 - Todos os direitos reservados - No ar desde 28/03/1998