Momento Espírita
Curitiba, 26 de Abril de 2024
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ícone ¿Y si esta Navidad fuera diferente?

Llega la Navidad y casi todo se repite: las mismas rutinas; las mismas preocupaciones por los regalos; la misma falta de tiempo; las mismas reuniones familiares; las mismas conversaciones. Todo es lo mismo.

Pero ¿y si esta Navidad fuera diferente?

¿Y si en esta Navidad, en lugar de comprar los regalos listos, estuviéramos dispuestos a hacerlos?

Sí, los famosos amigos secretos de la familia podrían proponer que cada uno ofrezca algo de sí mismo, utilizando una habilidad que tenga.

En este proceso, que tomaría más tiempo que una simple compra en la tienda, obviamente tendríamos la oportunidad de pensar en determinada persona, poniendo en el pequeño recuerdo lo que realmente le deseamos en esta Navidad.

El regalo tendría mucho más de nosotros. Mucho más valor.

Si carecemos de habilidad, podríamos proponernos aprender algo sólo para dar algo de nosotros mismos en aquel regalo específico. Los resultados serían sorprendentes, estemos completamente seguros.

¿Y si en esta Navidad, las reuniones alrededor de la mesa fueran más sencillas? ¿Qué tal dar prioridad a la reunión y a las conversaciones en lugar de gastar elevados valores y mucho tiempo en los preparativos?

Cuánto desperdicio vemos en las mesas navideñas, cuántas exageraciones. Cuántas comidas, al día siguiente, terminan en los basureros.

¿Y si en esta Navidad, además de pasar momentos felices con nuestros amores, nuestra familia, también nos propusiéramos ser la familia temporal de alguien?

Podría ser una visita, un paseo, una comida que preparásemos y ofreciésemos a quienes, muy probablemente, pasarán la fecha solos.

¿Y si en esta Navidad las conversaciones también fueran diferentes? ¿Qué tal si coincidimos en que temas como la política, el fútbol y las malas noticias no se podrían abordar, al menos en esta celebración?

Podríamos combinar y priorizar los temas felices, los agradables, las alegrías familiares, el balance positivo del año, los elogios y los planes para el futuro.

Y, un detalle importante, que estén totalmente prohibidos la maledicencia y el chisme.

¿Y si esta Navidad fuera diferente también con respecto a Jesús? Después de todo, no es posible que celebremos la fecha, llamémosla de Navidad y ni siquiera recordemos al cumpleañero.

No se trata de una cuestión de religiosidad, sino de coherencia. Si es una reunión navideña, al menos alguna mención, algún recuerdo, algún pequeño homenaje se debe rendir a quien está de cumpleaños.

Algunos hacemos oraciones, lo que ya es un buen comienzo. Pero ¿qué tal recordar algunas de sus excelentes lecciones?

Bastaría con uno de sus logros. Nos daremos cuenta de que el aire doméstico cambiará, que algo dentro de nosotros deseará despertar.

Sí, porque tanto Jesús como Sus innumerables obreros en el mundo de los Espíritus se alegran cuando encuentran esas pequeñas oportunidades para hablar a nuestro corazón.

En esos momentos, ellos nos recuerdan los compromisos que asumimos antes de la cuna, que refuerzan principios valiosos en nosotros.

Muchas veces, se sirven de esas ocasiones para despertarnos del sueño materialista en el que nos encontramos en la Tierra.

Propongámonos una Navidad diferente. Propongámonos ser diferentes. No nos dejemos llevar por las rutinas hipnotizadoras, por el bullicio del mundo.

La Navidad es una invitación para nacer de nuevo, para hacer de nuevo, y ¿por qué no? diferente.

Redacción del Momento Espírita
El 27.11.2020.

 

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