Momento Espírita
Curitiba, 06 de Maio de 2024
busca   
no título  |  no texto   
ícone Elegí quedarme

Recuerdo cuando mi padre me pidió que me quedara... Que me quedara despierto toda la noche para ver luciérnagas.

No quería hacerlo, pero él tenía razón. Fue la cosa más mágica que había visto.

Mi madre también me pedía que me quedara..., esperando pacientemente hasta que nacieran los pollitos.

Yo sólo quería sacarlos de sus huevos y jugar. Pero, qué bueno que esperé...

Un niño que conocí me pidió que me quedara..., en su equipo para jugar.

Ese día perdimos el partido, pero gané a mi mejor amigo.

Cuando llegué a la adolescencia, todos me decían que me quedara.... Que me quedara concentrado, lejos de problemas, firme..., pero, yo sólo pensaba en el estrés, en la presión y en las expectativas.

Las cosas que me entusiasmaban ya no eran como yo las imaginaba. Todas eran sin sentido..., opresivas.

Y cuando las personas me preguntaban cómo estaba, yo decía, incrédulo: Estoy bien...

Cuando las personas me preguntaban si podrían hacer algo por mí, yo decía: No...

Intentaba sonreír y encubrir mi oscuridad...

Recuerdo que desperté el día de mi decimoséptimo cumpleaños decidido a terminar con mi vida.... Porque sentía mucho dolor... Y, al mismo tiempo, no sentía nada.

Así que, simplemente decidí decir a los demás lo que sentía.

Mostrar todo lo que estaba oculto.

Porque, en el fondo, sabía que uno de ellos podría ayudarme.

Recuerdo entonces a mi padre abrazándome...

Recuerdo a mi madre y a mi hermana pidiéndome que me quedara un poco más...

Que me quedara una semana más, un mes más..., aun sin darme cuenta de que mañana podría ser un día mejor.

Me di cuenta de que se preocupaban por mí, aunque yo estuviera siempre distante, apagado.

Y fue cuando percibí que, en algún lugar entre esa nueva y oscura vida mía y todos los hermosos momentos que había vivido en el pasado, había olvidado algo: que no necesitaba estar solo.

El dolor no ha desaparecido por completo. Todavía necesito muchas conversaciones interminables, terapia, medicación y oraciones.

Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, elijo tener esperanza, elijo quedarme.

¡Quedarme para vivir las pequeñas cosas sencillas que amo tanto!

Quedarme para conocer nuevos lugares, salir por el mundo y descubrir...

Quedarme para salir también al mundo interior y descubrir quién soy realmente.

Quedarme para conocer personas, hacer amigos y enamorarme.

Quedarme para conocer a mis padres, escuchar sus historias y acercarme a los que tenía tan lejos de mi corazón.

Quedarme para desafiarme a mí mismo, para aprender de las derrotas y de las victorias de la existencia.

Quedarme para ser sorprendido por la vida... Para ser amado..., para amar.

Elegí quedarme. Elijo quedarme todos los días.

Tú también puedes elegir quedarte.

*   *   *

No pienses que eres carne.

No pienses que eres un fracaso.

La existencia es una escuela.

La existencia es una elección.

 

Eliges seguir

Eliges sentir

Eliges ir y venir

Eliges andar por ahí

 

No pienses que no eres nada

No pienses que lo eres todo

Existir es un camino

De guijarros y terciopelo.

 Redacción del Momento Espírita, con base en texto del video
de la Campanha de Prevenção ao suicídio, producido por
The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints, disponible en
https://youtu.be/RPhCJaBqh74 y en el poema Cântico,
del libro O Essencial e o Invisível, de Andrey Cechelero,
ed. Immortality Books.
El 21.9.2022.

© Copyright - Momento Espírita - 2024 - Todos os direitos reservados - No ar desde 28/03/1998